La caja de cerillos

 
Miro la caja de cerillos 
y descubro atónito 
los cincuenta fósforos 
que en su interior 
guardan pacientes descubrimientos.

Sospecho incendios en sus entrañas
capaces de arrasar bosques
y siglos de historia.

Por azares del lenguaje
el juego de fuegos arde entre mis dedos
y miro cómo la flama bailotea
y en ella imagino 
el inicio de una aventurilla de brasas.

En el sólo intento de sostenerla
surgen pretextos para sospechar 
entre la vida y la muerte
la flama de la palabra.

Y sostengo entre mis dedos 
las visiones cromosféricas viajando 
desde el microcosmos de una pavesa
(ardor en agonía)
hasta las vías galácticas 
de la imaginación.

Bajo un viento ocresolar 
sospecho infinidad de incendios
que azotan en mi rostro
latidos  de historia.

En mis manos arde la palabra y su eco
intentando reciclarse en sí misma .

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