Existe una canción que cantaba mi abuela Quica que empezaba mas o menos con la frase “frijolitos pintos claveles morados hay como sufren los enamorados”. El frijol ha sido parte importante de mi vida y en el ir y venir de la comida, faltará lo que sea y sufrirán los enamorados pero los frijolitos nunca faltan. Además de los pintos, existen otras clases que por mencionar algunas son el ojo de cabra, el mantequilla, el amarillo. Se puede desayunar, comer y cenar frijoles y no cansan. Se comen en tamales, tostadas, burritos, tortas, en sopas y cremas. Los mas sabrosos son los cocidos en olla de barro. Existe en nuestro país un platillo llamado “frijoles charros” que mayormente se conoce en el norte de nuestro país. ¿Por qué charros? Hay quien dice que la receta viene desde los tiempos de la revolución y que en Guadalajara los charros, cansados de lo mismo, inventaron el platillo agregandole diferentes elementos.

Se acostumbra a servirlos como complemento de los platos principales principalmente en carnes asadas, parrilladas y discadas. Se sirven caldosos y se preparan con chicharrón, cerveza, cebolla, cilantro, cebolla y carnes frías. No podría faltar el chile. Aquí va dependiendo del gusto de cada quien. Entonces si, frijoles charros bien chilosos con unas cervecitas y carne asada, ¡y que sigan sufriendo los enamorados !