En el proceso mercadológico, una etiqueta tiene principalmente la función de informar datos sobre las características de lo etiquetado. Precio, categoría, vigencia, talla, etc. En el proceso de relaciones humanas, se aplica una metáfora similar para dar información sobre las características de un ser humano. Por medio las etiquetas podemos entender de una manera sencilla la complejidad de características que nos hacen ser diferentes a los demás. ¿Cómo nace una etiqueta? Nace en el mismo instante de la gestación cuando los padres necesitan ir formando el expediente que le acompañará toda la vida, inclusive se acumulan cuando muere la persona. Finaliza cuando mueren los recuerdos. Este expediente puede ser tomado por su propietario para poder transformarse en una persona identificable. Es muy inquieto, comenta la madre, en caso de moverse demasiado en el vientre. Es muy retraido, me comenta la maestra. Pero también tenemos las atribuibles al ser físico: moreno, alto, etc.
Conforme el niño va creciendo, escuchará de sus mayores aquellas palabras que le harán sentirse identificado. Se podría decir que las etiquetas son producto de un comportamiento y características físicas, es decir, son para describir el cómo soy. ¿Será posible que se inviertan los papeles y ser uno el producto de una etiqueta? Es complicado, pero parece que al menos creemos ser lo que nos han dicho que somos. Viene entonces el poder de uno mismo para poder tener otro tipo de etiquetas, ser de otra manera.
Sin duda nuestros padres no tenían intención alguna de hacernos daño al momento de comentar que era un flojo, ¡si así lo era ! Y toda la vida siguió siendo flojo. El punto es, ¿qué hacer con mis etiquetas? Soy de una manera, soy lo que quiero ser, entonces me siento bien, soy feliz y que viva la vida. Por otro lado , lo interesante es cómo nos ven las otras personas, porque se es diferente en casa, en el trabajo, en la familia propia, en la ajena. Sin duda alguna, el fracaso de muchas relaciones, estriba en no conocer a la verdadera persona que está con nosotros. Entender que las personas cambian, quieren cambiar y necesitan cambiar, es un proceso de sanación para dejar malos hábitos, en una palabra, cambiar de etiquetas.
Uno tiene que acostumbrarse a vivir con esas etiquetas, no queda otra porque las tenemos desde antes de nacer, como bien has indicado; sin embargo, uno tiene que ser como cree que es y no dejarse influenciar por esas etiquetas.
En cuanto a los demás, no debemos hacer caso de si nos ven de una forma u otra, debemos comportarnos de manera espontánea y ser sinceros. Esto incluye la familia, los amigos, la pareja, etc. Por cierto, interesante frase la que utilizas para referirte a la pareja.
Un saludo.
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Muy acertado tu comentario. Ser uno mismo. En ese anhelo del ser, entra el afán por ser mejores, perfeccionarnos, en el mejor de los casos. Las etiquetas debemos de considerarlas como un medio y no un fin. Gracias y un abrazo !
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