Día a día pasan las auroras
y tras de la hondura azul
no hay una señal equivocada
de lo que somos al despertar
Sólo basta caminar al frente
tan sólo unos dos pasos
para que estemos al borde
de lo que en sueños parece iluminar
la brevedad efímera de un cristal
(diamante dormido)
Un instante y dos pasos
bastarán para dar varios giros
sobre una arista y colocarnos
en posición de dar todo lo que nos deja morir
así, a tan sólo dos pasos
uno de cada quién.
Segundo paso
A un paso de poder leer la mirada
de querer entrar y escudriñar
con tanta acumulación de verbos
¿y no lograrlo?
¿Qué quiero encontrar?
Los cielos se desmoronan
y caen lentamente en otoños
cual hojas marchitas
d e s p a c i o
ahora mírame bien
porque estoy a un paso
de lograr lo indeseable.