Hoy tenemos neomenia
y veo a los paseantes noctámbulos
que van dejando un cumulonimbus
cual imágenes de santos planetas.En la esquina
un pequeño
se oculta detrás de una piel oscura
y sus cabellos hirsutos
tratan de encubrir su nimbo.
Aún así
se le escabulle
una corona solar.
(No exagero: se repite y repite incansable
de la extensión radial al destello
vía su propio reflejo).Por suerte (y para algunos)
se esconde dentro del infante indígena
que exclama : ¡Kórima!